Esmeralda ordonez y su experiencia erasmus en confident

De Sucre a Plasencia, y de Plasencia al Corazón de los Cárpatos: Un Erasmus en Rumanía Forjando Conexiones Globales y Sembrando Sabores Extremeños

Un Viaje de Identidades y Constancia: Mis Raíces y Mi Camino

Mi historia comienza lejos de los campos de Extremadura, en la vibrante capital de Bolivia, la ciudad que me vio nacer. Aunque el destino y la vida me llevaron a España, donde obtuve la nacionalidad y eché raíces en la histórica Plasencia, una primera capa en una identidad forjada a través de culturas y continentes. Ya en Extremadura, como estudiante de Comercio Internacional, mi día a día estaba marcado por la constancia: un trayecto en tren de 45 minutos desde Plasencia hasta Navalmoral de la Mata para asistir a clases, y otros 45 minutos de regreso. Este ritual diario, con el paisaje extremeño desfilando por la ventanilla, no solo era un viaje físico, sino un testimonio de mi dedicación y una preparación silenciosa para los desafíos y oportunidades que aguardaban.

Rumanía: Un Horizonte Inesperado en mi Aventura Erasmus

Cuando la posibilidad de una beca Erasmus+ de prácticas se materializó, Rumanía, y específicamente Bucarest, se presentó como un destino que despertaba una mezcla de curiosidad y cierto desconocimiento. Como muchos en Europa Occidental, mis percepciones sobre los países del Este estaban teñidas de estereotipos. Sin embargo, impulsado por el deseo de explorar un entorno económico y cultural diferente, y con la mente abierta por mi propia historia de adaptación, me embarqué en esta aventura. Desde el momento en que pisé suelo rumano, el país comenzó a desvelar una belleza, una riqueza cultural y una calidez humana que no solo desafiaron mis ideas preconcebidas, sino que me enamoraron profundamente.

Confident Group: Un Ecosistema de Oportunidades Inesperadas

Mis prácticas se desarrollaron en Confident Group, una empresa dinámica y con una perspectiva moderna, enclavada en el corazón de Bucarest. Si bien, a primera vista, su enfoque principal podría no parecer un encaje curricular perfecto con el temario tradicional de Comercio Internacional, esta «desviación» se convirtió en una de las experiencias más enriquecedoras y formativas de mi vida.

Confident Group demostró ser mucho más que un lugar de trabajo; fue una incubadora de crecimiento:

  1. Dominio del Inglés y Comunicación Global: El inglés era la lengua franca. Cada reunión, cada informe, cada presentación y cada conversación informal con compañeras de diversas procedencias fue una clase magistral. Mi fluidez, vocabulario técnico y, lo más importante, mi confianza para operar en un entorno profesional internacional, se dispararon.
  2. Tejiendo Redes Estratégicas: Quizás el activo más invaluable fue la oportunidad de establecer conexiones con figuras influyentes y profesionales destacados del mundo del comercio y los negocios en Rumanía. Emprendedores, directivos, consultores; estas interacciones no solo ampliaron mi agenda de contactos, sino que me ofrecieron mentoría informal y una visión privilegiada del tejido empresarial local e internacional.
  3. Inmersión en la Innovación: El Mundo de las Startups Tecnológicas: Tuve la estimulante oportunidad de colaborar en proyectos vinculados al vibrante ecosistema de startups tecnológicas. Esta exposición me abrió los ojos a la velocidad de la innovación, la agilidad de los nuevos modelos de negocio y el papel transformador de la tecnología en todas las industrias, incluido, por supuesto, el comercio internacional.

Un Pedazo de Extremadura en Bucarest: Mi Proyecto de Estudio Académico

Paralelamente a mis responsabilidades en Confident Group, y contagiado por el espíritu emprendedor que se respiraba tanto en la empresa como en la ciudad, comencé a dar forma a un proyecto personal que llevaba tiempo gestándose en mi interior: un estudio con fines académicos sobre la viabilidad de exportar productos gourmet de mi querida Extremadura al emergente mercado de Bucarest.

Desde mi hogar en Plasencia, soy un profundo conocedor de los tesoros gastronómicos extremeños: el incomparable jamón ibérico de bellota, la untuosa Torta del Casar, el aromático Pimentón de la Vera, los aceites de oliva virgen extra de variedades autóctonas, vinos con carácter y dulces artesanales que narran historias de tradición. En Bucarest, observé un paladar cada vez más sofisticado y una creciente curiosidad por la gastronomía internacional de calidad.

Este estudio se convirtió en mi laboratorio personal de Comercio Internacional, donde apliqué conocimientos teóricos a un caso práctico y apasionante:

  • Investigación del Mercado Rumano: Analizando el perfil del consumidor gourmet en Bucarest, identificando potenciales nichos (tiendas delicatessen, restaurantes de alta gama, hoteles boutique) y estudiando la oferta existente.
  • Selección Estratégica de Productos: Evaluando qué joyas de la despensa extremeña podrían tener mejor acogida y adaptación, considerando gustos locales y tendencias.
  • Análisis Logístico y Regulatorio: Investigando los requisitos de importación, normativas sanitarias, etiquetado y las complejidades logísticas para asegurar la integridad de los productos.
  • Esbozo de Estrategias de Entrada: Planteando posibles modelos para introducir estos productos, desde colaboraciones con distribuidores locales hasta la exploración de canales de venta más directos.

Este proyecto, aunque de naturaleza académica, lleva consigo la ilusión de, quizás algún día, tender un puente de sabores entre mi tierra adoptiva española y mi hogar temporal rumano.

Rumanía a Corazón Abierto: Más Allá de las Prácticas

Mi experiencia Erasmus trascendió con creces el ámbito profesional. Rumanía me abrió sus puertas y me regaló vivencias inolvidables:

  • Bucarest, la «Pequeña París del Este»: El Palacio del Parlamento, con su monumentalidad sobrecogedora, es un testimonio impresionante de la historia reciente. Los parques de la ciudad, como Herăstrău o Cișmigiu, son verdaderos oasis verdes, llenos de vida, perfectos para pasear y desconectar. Visité el Museo Nacional de Historia de Rumanía, donde su colección de tesoros de oro dacios y romanos me transportó a épocas ancestrales, ofreciendo un vistazo al rico legado del país (a menudo la gente se refiere a esto como una visita al «oro» del país).
  • Relajación en Therme București: Una escapada a este impresionante complejo termal, el más grande de Europa, fue la dosis perfecta de bienestar y desconexión.
  • Transilvania de Leyenda: Un viaje a Brașov, con su encanto medieval impecable, y la visita a los icónicos castillos de Peleș (una obra maestra de la arquitectura neorrenacentista) y Bran (envuelto en el misterio de Drácula), fue como adentrarse en las páginas de un cuento de hadas y gracias a que ese dia estaba nevando fue maravilloso ver aquel paisaje.
  • Encuentro con la Naturaleza Salvaje: La Ruta de los Osos: Visitar el Santuario de Osos Libearty en Zărnești fue una experiencia profundamente conmovedora. Ver a estos majestuosos animales, rescatados de condiciones de cautiverio y maltrato, viviendo en un entorno seguro y seminatural, fue un recordatorio poderoso de la belleza de la vida silvestre y la importancia de su conservación.

Mi Reflexión: Una Transformación Profunda y un Futuro Reimaginado

Mi estancia Erasmus en Rumanía ha sido una auténtica metamorfosis. Llegué con ciertas aprensiones sobre los países del Este, y me voy con el corazón lleno de afecto por su cultura, la belleza de sus paisajes –desde las imponentes montañas de los Cárpatos hasta la elegancia de Bucarest– y la calidez de su gente. Rumanía me ha demostrado que los estereotipos son barreras frágiles que se desmoronan ante la experiencia directa. Regreso a España, a mi Plasencia, con un inglés fortalecido, una red de contactos internacionales de valor incalculable, y una perspectiva mucho más amplia del mundo y de mis propias capacidades. La disciplina de mis viajes en tren a Navalmoral de la Mata fue una preparación; la aventura rumana ha sido la aplicación y la superación. Mi origen boliviano me enseñó sobre la riqueza de la diversidad cultural; mi vida en España me dio un hogar y una identidad; y mi Erasmus en Rumanía, trabajando en Confident Group y explorando este fascinante país, ha añadido una nueva y vibrante dimensión a mi ser. Me ha enseñado que las oportunidades más transformadoras a menudo se encuentran donde menos te las esperas, y que un corazón abierto es la mejor brújula para navegar el mundo. Un pedazo de mi alma, sin duda, se queda en esta tierra que me acogió con los brazos abiertos.

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