A continuacion les mostramos una pequeña parte sobre abel murcia, su trayectoría profesional y sus planes de futuro.
1. En primer lugar, cuéntenos algunas palabras sobre usted.
Bueno, me llamo Abel Murcia, soy director del Instituto Cervantes de Bucarest, ciudad en la que estoy desde principios de septiembre del año pasado, de 2024. Te diría que estudié filología hispánica en la Universidad de Barcelona y llevo una eternidad fuera dedicado a lo que es la difusión de la lengua española en el exterior. En distintas universidades, en distintos Cervantes, me dedico a escribir, a traducir, etc. Lo más fácil para esto es buscar en internet, que dicen muchas más cosas, la mitad de ellas no son ciertas, pero al menos es más fácil que hablen los demás de uno que uno mismo de sí mismo.
2.¿Podría hablarnos de su trayectoría profesional?
Empecé recién acabada la carrera en Barcelona, empecé en la Universidad de Lodz, en Polonia, como profesor de español. Después pasé a Varsovia, después a Cervantes, después en el Cervantes fui pasando de distintas funciones, desde profesor colaborador al principio, profesor de plantilla, coordinador docente, jefe de estudios y finalmente director. Fui director del propio centro de Varsovia en su momento, después de Cracovia, después de Moscú, después otra vez de Varsovia y ahora llevo 6-7 meses aquí en Bucarest.
3.¿Y qué es lo que le impulsó a querer ser el director del Instituto Cervantes de Bucarest?

No es querer ser el director del Instituto Cervantes, la forma de funcionar del Instituto implica permanecer en los puestos con movilidad obligatoria no más de 5 años y estamos sometidos a concursos de traslados, etc. Bucarest recogía de alguna manera, o Rumanía recogía de alguna manera toda una serie de cuestiones de índole profesional y de índole personal.
Primero, yo he pasado toda mi vida profesional en esta parte de Europa, es decir, lo que denominaríamos la Europa centro-oriental y del Este, con dos conceptos que son complejos porque a menudo se asocian políticamente y no geográficamente, es decir, es cierto que he estado siempre relacionado con lenguas eslavas y es la primera vez que no estoy en un país de habla eslava, pero sí en un país rodeado de alguna manera por otros países de habla eslava, no solo, evidentemente está también Hungría, que no es de habla eslava tampoco, pero de alguna manera son países que tienen mucho en común a pesar de ser muy distintos todos ellos, comparten una serie de cuestiones con las que me siento relativamente familiarizado, entonces Bucarest o Rumanía eran un mundo que sin ser conocido era más conocido que otros y por lo tanto donde creía que mi labor podía ser más, digamos mejor, vamos a decirlo así.
Por otra parte concurrían cuestiones personales, es decir, mi vida está dividida entre tres o cuatro países y se trataba de no estar demasiado lejos en ningún momento de ninguno de todos esos países, pues por cuestiones familiares, etcétera, entonces cuando mezclabas los dos elementos en la ecuación de lugares a los que puedas ir, Bucarest ocupa un lugar importante.
4.Entonces con eso ya me has respondido más o menos qué es lo que le parece Bucarest como ciudad en relación con las otras ciudades en las que has estado
Bueno, sí y no, es decir, Bucarest es una ciudad sorprendente, no es la primera vez que estoy en Bucarest, estuve hace muchos años aquí durante una semana, diez días, porque uno de los cursos de formación de profesores que se hicieron en su momento en el Cervantes era para profesores, curiosamente, de Varsovia y de Bucarest, y se hizo aquí en Bucarest, y después estuve en otra ocasión de paso más o menos, pero en esa primera ocasión estuvimos prácticamente encerrados en esta especie de curso de formación de profesores, etcétera, así que recuerdo muy pocas cosas, es decir, recuerdo, tengo una idea muy vaga de la ciudad.
La segunda todavía menos porque fue muy poco tiempo, y después, desde que he llegado, Bucarest es una ciudad que ofrece, o a mí me ofrece, permanentes sorpresas, algunas positivas y otras, no me atrevería a decir negativas, porque no se trata de negativas, y otras desilusionadoras, vamos a decir, creo que arquitectónicamente es una ciudad impresionante, que tiene muchísimas cosas que mostrar, que ofrecer, que poner en valor, es decir, en esta parte del mundo, de repente, entre 1860 y 1940, la arquitectura muestra un panorama completo de lo que fue el art déco, el modernismo, las vanguardias, formas distintas, locales, de lo que es el encuentro entre Oriente y Occidente, que se plasma clarísimamente en la arquitectura, por ejemplo, y esa sería la parte positiva, digamos, la parte sorprendentemente, esa parte que decía menos evidente es la del estado en el que se encuentran muchos de esos edificios, es decir, probablemente muchos de ellos irrecuperables a pesar de todo, porque se están cayendo a pedazos, quiero decir, y no parece que vayan a poder ser salvados o recuperados, porque es una labor que profesionalmente es súper compleja y que económicamente es carísimo, entonces, no sé.
Por otra parte, tiene una lengua, es decir, el encuentro con el rumano, con la lengua, es también fascinante, es decir, es sorprendente, es una lengua que reúne elementos de muchas otras, no digo que vengan de allí, sino que son comunes a otras muchas lenguas, tanto eslavas como románicas, pero interpretada de una forma que una vez más me sorprende, lo cual debe ser sumamente positivo para mis neuronas, no tanto para mí, porque me puede llegar a volver loco, pero para las neuronas clarísimamente es bueno.
5.Entonces, si yo le preguntara qué cambios le gustaría ver en el país
Bueno, yo creo que los cambios que me gustaría ver en el país no me corresponde a mí decir qué cambios me gustaría ver en el país, es decir, me gustaría… digamos que eso es algo que corresponde a los ciudadanos de un país, yo no soy ciudadano de este país, por lo tanto, no me considero autorizado para imponer a alguien mis valores, mi forma de ver el mundo.
Sí me parece importante toda una serie de valores, digamos, comunes a todos, en principio, como puedan ser la defensa del medio ambiente, las libertades individuales, etc., etc., pero eso no es en el país, es decir, me gustaría que el mundo fuera un sitio infinitamente más… amigable de lo que es en muchas ocasiones, es decir, pero vaya, no me atrevería a decir cómo tiene que ser este país ni por casualidad.
Me gustan las ciudades donde hay zonas verdes, esto es un cambio que yo quiero hacer en el país, no, es una cosa que me parece como habitante momentáneamente en un espacio-tiempo, pues me encantaría poder salir de casa y tener un parque al lado, aquí hay sitios así, más o menos, esto va a ser siempre interpretativo, serían cosas como muy prácticas y muy cívicas, me encantaría que la gente recogiera, esto va a sonar, las cacas de sus perros por la calle, pues sí, me gustaría, pero no es que quiera cambiarlos, entiendo que sería mucho más cómodo para todo el mundo, o que se tuviera una especie de respeto por el patrimonio histórico común, etc., etc., pero si la gente de este país decide que esto es de otra manera, es su elección, otra cosa es que a mí me guste o no, pero es que eso me parece algo que entra dentro del ámbito personal, yo no tengo la llave de la interpretación del universo.
6.Y como director del Instituto Cervantes en Bucarest, ¿qué planes de futuro tiene?
Bueno, los planes de futuro no son los planes del director del Instituto Cervantes, el Instituto Cervantes es una red, es una red donde no sólo están los directores, están los equipos, y los equipos tienen una dinámica que se prolonga en el tiempo.
Este Instituto cumple este año 30 años, sería muy vanidoso por mi parte pensar que llego aquí y yo soy el Cervantes, no, esto es la suma de no sólo de muchas direcciones, es decir, porque creo que no se trata sino del trabajo de mucha gente desde dentro y desde fuera del Cervantes.
Olvidamos muchas veces que la presencia de la cultura del mundo hispánico en los países donde está el Cervantes es muy anterior a la llegada del Cervantes, el Cervantes a pesar de ser una institución relativamente joven, es decir, se fundó en el 1991, por lo tanto diríamos no tiene el siglo que tienen otras muchas instituciones culturales, etcétera, pero en ese tiempo sí ha ido creando formas de hacer, a las que contribuimos todas aquellas personas que estamos, y como decía, las que fuera hacen cosas para difundir nuestra lengua, nuestra cultura, por lo tanto yo creo que si por algo nos caracterizamos y de forma global el Instituto es por mantener o intentar mantener una serie de puentes de ida y vuelta permanentemente extendidos entre ya no sólo la cultura del país o de las ciudades , en las que estamos, a las que llegamos, etcétera, sino también de aquellas personas que aunque sea durante un tiempo han hecho suyo ese espacio, es decir, nosotros no sólo nos relacionamos evidentemente con la sociedad civil rumana, sino que también lo hacemos con embajadas hispanoamericanas que están aquí, con instituciones que se dedican puntualmente a ámbitos de la cultura y que pueden estar aquí o pueden estar en cualquier otro sitio.
Muchas veces si tú colaboras con una institución y ésta tiene colaboraciones con otras, esto es realmente una especie de red gigantesca, de red de redes, es decir, tienes la red del Cervantes que está por todo el mundo, pero después en cada uno de esos Cervantes se establecen otras redes que van haciendo de la cultura, de la lengua, de la diversidad, de todo eso que es cultura en general, desde todos los ámbitos, van haciendo un lugar.
En mi opinión, llevo toda la vida dedicándome a esto, apasionante, pero como digo, no es que lleguemos los directores con un proyecto personal que sólo que es una iluminación diciendo yo voy a llegar y voy a, pues no sé, dedicarme a lo que sea, sin tener en cuenta todos esos puentes que comentaba, que ya hemos establecido antes, yo no voy a quemar puentes y llegar como Atila y decir aquí nunca más va a levantar, vamos a dedicar a otra cosa, no van por ahí los tiros, y eso es muy fácil de ver cuando alguien se aproxima a nosotros y echa un vistazo a las programaciones culturales, por ejemplo, que tocan todos los ámbitos de las artes, de las ciencias, del saber, etc, puntualmente en cada uno de los momentos en los que hagamos o hacemos algo, pero también lo hace desde toda la diversidad que cada uno de esos mundos ofrece.
Nuestras clases de español, por ejemplo, las imparten profesores venidos de todos, de todos entre comillas, de todos los países de habla hispana, incluso romanos que tienen un nivel C2 de conocimiento de lengua y que pasarían totalmente, digamos, por hablantes nativos de la lengua con un conocimiento de la cultura similar al de un nativo.
Por lo tanto, esas diversidades, ese todo forma parte de lo que somos y yo creo que precisamente, así lo veo, el papel de las direcciones, de los institutos cervantes es poner en valor todo eso, desde todos los ámbitos, es decir, desde todos esos puntos.
Después, evidentemente, habrá directores, directoras que estén más familiarizadas con unos temas que con otros, pero como no somos nosotros los que lo tenemos que hacer todo y para eso están todos los equipos que tienen una experiencia muchas veces superior a la de los directores que hay en un centro, pero no sólo superior, sino además mucho más asentada en el lugar en el que están. Hay gente aquí con un conocimiento de la realidad rumana que yo ni siquiera, si me dedicara todo el tiempo a intentar saber, entender, ver, etc., llegaría a alcanzar, es imposible. Y tiene una experiencia vital asociada a este espacio de la que yo sólo puedo, no solo alegrarme, sino sacar lo mejor para que consigamos entre todos, precisamente, hacer la labor que como instituto tenemos por delante.
7.¿Y qué planes tiene una vez que se vaya de Bucarest?
Esa pregunta me la hace mi familia todo el tiempo. Si no fuera porque suena, desde hace X tiempo, suena muy banal esto de decir partido a partido y pasar a la frase del Cholo Simón y te diría partido a partido. Es imposible saber. Ojalá fuera capaz de adivinar el futuro. No tengo ni idea. Primero, porque no sé cuándo va a ser eso. Segundo, porque las circunstancias personales de la gente cambia. Es decir, hace unos meses no habría supuesto que en los planes personales influyeran más allá de las personas que ya estaban implicadas desde el principio, digámoslo así. Pero desde hace unos meses soy abuelo, por ejemplo, y en estos momentos no es que piense que me dedicaré a mi nieto, pero sé que mi nieto jugará un cierto papel en mi vida, no sé cuál.
Supongo que seguiré haciendo muchas de las cosas que hago desde dentro, desde fuera de Cervantes, pero no lo llamaría planes. Es decir, no tengo un plan de viaje trazado para decir, bueno, yo cuando me jubile me voy a dedicar a pintar y me voy a dedicar tal y como me voy a dedicar… A ver si me jubilo después de esto, que puede ser o puede no ser, por ejemplo. No lo sé. En todo caso, eso de vivir los momentos como si realmente fueran el único momento me parece importante. Para precisamente dedicarle o darle toda la importancia y toda la energía que uno tiene para que salgan las cosas lo mejor posible. Evidentemente desde una perspectiva que no siempre comparte todo el mundo, pero esperemos que comparta la mayor cantidad posible de gente.

8.¿Le gustaría quizás dejar una huella para que lo recuerden como uno de los directores más importantes que ha habido en el Cervantes?
No, es decir, no es que sí me gustaría. Si sucede bien, no sé qué significa importante en este caso, no sé qué se esconde detrás de la palabra. Me gustaría… no sé si diría ser recordado. Me gustaría… digámoslo al revés. Me gustaría no ser recordado por nada negativo. Lo demás, bueno, si uno es… Yo creo que lo importante es que el que sea recordado sea el Instituto Cervantes como uno de esos lugares de libertad cultural donde realmente es posible desarrollarse a muchos niveles que ayudan a tener una vida más plena.
9.¿Usted cree que para el público rumano el Instituto Cervantes es importante?
No sé si lo creo. Espero que sí, pero no sé si lo es o no. Creo que las generalizaciones siempre son muy peligrosas. Es decir, seguramente la mayoría del público rumano no nos conoce. La mayoría. Porque evidentemente si contamos que este país tiene 25 millones y hiciéramos una encuesta es muy posible que 24 millones no nos conozcan. Digo 24 por decir cualquier cosa podría decir. Lo importante es ir haciendo ese camino. Que cada vez sean más y que cada vez nos conozcan mejor. Y que cada vez sepan más lo que hacemos y que les guste lo que hacemos. Es decir, no sólo… más allá del grado de coincidencia o no.
Esto no es todo lo que leo, por ejemplo, me tiene que gustar. Hay cosas que leo que no me gustan pero reconozco que están bien escritas. Bueno, pues esto sería un poco esa comparación. Ojalá cada vez nos lean, entre comillas, como comparación. Nos lean más y nos lean mejor. Ojalá coincidamos en todo lo que podamos coincidir. Teniendo en cuenta que los Cervantes son un espacio de diversidad de por sí.
Es decir, no hay una línea. Las líneas conceptuales son líneas del cómo, no exactamente de qué. Es decir, respeto, diversidad, democracia, etcétera, etcétera. Son líneas súper amplias en las que ojalá podamos encontrarnos todos.
Pero lo importante es que sean desde la perspectiva de los otros. No sólo hablamos de esto, sino que nuestros hechos demuestran que esto es así. Es decir, evidentemente, con luces y sombras, como siempre va a pasar con cualquier actividad humana.
10.En este tiempo que ha estado usted como director, ¿cree que ha evolucionado el mercado rumano? Es decir, ¿ha habido un incremento en la demanda de los cursos?
Bueno, como te decía, llevo muy poco tiempo. Pero sí te diría que desde que estoy, la oferta de cursos, por una parte, y la cantidad de personas que acuden a nuestros cursos está en aumento todo el tiempo. Pero no es desde que yo estoy, porque he llegado yo y no, no, no. Esto es una carrera de largo recorrido y hace tiempo que ese número de gente interesada por nuestra lengua, por nuestra cultura, va en aumento. Pero una vez más, los números no siempre nos dicen todo sobre las cosas.
Es decir, si de repente hay una baja demográfica en un país, el que eso suceda hará que los números de muchas cosas bajen. Pero por una cuestión lógica, si no hay personas, pues difícilmente el número va a aumentar. Entonces yo creo que lo importante es precisamente esa forma de llegar, que la calidad de lo que hacemos no dependa de la cantidad.
Es decir, hagamos las cosas bien, sea para muchos o sea para pocos, siempre con la idea de que sea para el mayor número posible. Pero esto no va a hacer depender ni nuestra forma de hacer, nuestra forma en el sentido conceptual, ni en el fondo, muchas veces, lo que creemos que tenemos que hacer.
Es decir, si el Instituto Cervantes es una gran pantalla, un gran escaparate de todas las manifestaciones culturales de todo el mundo hispánico, si nosotros mostramos lo que sucede desde México, Argentina, desde España, desde Galicia hasta Andalucía, etc. Y mostramos todo eso, esa gran diversidad que nunca vamos a reproducir exactamente porque ni tenemos suficiente presupuesto para hacer una cosa así ni para abarcarlo todo. Lo importante es que todo aquello que hagamos podamos explicarlo, podamos decir el porqué, pueda ser entendido nuestro por qué, compartido hasta donde puede ser compartido. Y permita que esa aproximación a nuestro mundo sea cada vez menos estereotipada, lo más amplia posible, lo más rica posible.
Las manifestaciones en el ámbito de la música pueden ser sumamente distintas, desde la música clásica hasta la música popular, pasando por todo lo que sea. Desde música pop, rock, todo eso puede estar ahí, tiene cabida todo.
Evidentemente va a depender en cada ocasión de nuestras posibilidades y del gusto precisamente de las sociedades en las que estamos. No intentamos ir aleccionando a nadie, mostrando sí, esto es lo que se hace en el mundo hispánico, así hacemos nosotros o hemos hecho a lo largo de la historia estas cosas, la arquitectura, la literatura, la ciencia, todo eso es susceptible de ser mostrado, presentado. No porque sea lo único, sino porque es una más de las manifestaciones dentro del ámbito científico, cultural, sociológico, etc que se dan en el mundo y son las nuestras. Mostramos esa diversidad en lo que tenemos y creo que ese es el camino.
11.¿Cree que en un futuro España y Rumanía seguirán teniendo las buenas relaciones que tienen todavía?
Espero que las relaciones sean siempre buenas, no tengo elementos de juicio, espero que la labor del instituto colabore a que sea siempre así, lo mejor posible. Ojalá no me equivoque.
12.Y para acabar con una pregunta un poco más personal, ¿Usted vino a Rumanía solo o con su familia?
Vine con parte de mi familia.
13. ¿Y entonces podemos decir que usted solo ha ido a España de vacaciones durante este tiempo?
Bueno, mi caso es un poquito más complejo, como comentaba antes la elección de lugar tiene que ver también con los lugares donde está repartida la familia por distintos sitios, por lo tanto no solo voy a España de vacaciones, se puede decir que sí, que a españa solo voy de vacaciones pero también voy a otros países de vacaciones a ver a la familia.
Pero eso siempre así, los directores estamos el tiempo que estamos en un puesto, tenemos las mismas vacaciones que el resto de empleados públicos y tenemos que repartir nuestro tiempo libre en función de nuestras situaciones personales que son sumamente distintas.
Pues esto sería todo. Muchas gracias por su tiempo Abel.
Gracias a vosotros.
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