Entrevista a Emilio Luque, abogado por 15 años de ejercicio independiente de la profesión en Rumanía.

Este mes de febrero cumple Emilio Luque 15 años de ejercicio independiente de la profesión de abogado en Rumanía y con esta ocasión nos brinda su relato de estos años de experiencia.

Seguro que durante este tiempo ha estado involucrado en muchos proyectos, además de haber vivido anécdotas y situaciones diversas, que quizás quiera compartir con nosotros; pero no vayamos tan rápido, empecemos desde el principio.

¿Qué le trajo a Rumanía?

Cumplía los treinta años y decidí establecerme en Rumanía persuadido por la relación que mantenía con mi mujer, a quien había conocido algunos años antes como estudiante erasmus en la Universidad de Padua, Italia. Fue ella quien me animó a venir, cuando en el 2005 comenzaban a llegar – por así decirlo- los primeros inversores españoles. Desde el principio busqué trabajo como abogado, ámbito en el que ya ejercía en España. Pronto conseguí ser parte de un despacho internacional, presente en Bucarest.

¿Cuándo decidió iniciar la actividad por su cuenta?

Después de algunos años y haber ejercido como colaborador de varios despachos, donde adquirí conocimientos y experiencia, llegué a la convicción que mis servicios resultarían siempre de más ayuda al inversor español de forma independiente. En mi opinión, los servicios que requieren la mayor parte de las empresas españolas con intereses en el país no necesitan de grandes despachos, que se prevalecen de su imagen corporativista para secar sus recursos.

¿Cuáles han sido sus mayores apoyos?

Por un lado, la confianza depositada por mis clientes, a los que siempre he servido con dedicación y honestidad. Por el otro, pertenecer a una familia de abogados que aman su profesión. Mi mujer, mi suegro y yo, lo somos. Adrian Negutu, con quien he formado equipo desde que empecé mi actividad de forma independiente, ha sido para mí un verdadero mentor y a él le debo el mayor de los reconocimientos.

¿Cómo adaptó sus conocimientos a la realidad del país?

La realidad normativa del país es muy parecida a la española, influenciadas ambas por una similar tradición civil, así como, por las tendencias del derecho mercantil moderno, mayormente de corte anglosajón. A pesar de eso, reconozco que, más que adaptarme, siempre he aprendido. El ejercicio de la profesión de abogado exige un conocimiento práctico de la realidad del país y de sus instituciones, lo cual sólo se adquiere con trabajo, experiencia y tiempo. A lo largo de todos estos años son muchas las cosas que me han sorprendido, a la vez que otras me decepcionan; las primeras, por el extraordinario sentido práctico de los rumanos; en los demás casos, quizás por su exceso.

¿Cuáles han sido sus principales actuaciones como abogado en Rumanía?

Mis inicios en la profesión en Rumanía estuvieron muy ligados al asesoramiento en la inversión inmobiliaria y a la constitución y funcionamiento de las sociedades mercantiles; sociedades de responsabilidad limitada. Por entonces había muchas empresas españolas que buscaban invertir en el mercado inmobiliario y no sólo requerían de asesoramiento sobre títulos de propiedad y

contratos, sino también de asesoramiento para la constitución y funcionamiento de las sociedades que constituían. Ambas actividades han sido para mí una constante de mi actividad profesional.

También la representación de intereses ante los tribunales de justicia ha constituido un aspecto principal de mi actividad. Me alegro de haber adquirido a través de todos estos años una dilatada experiencia de representación en procedimientos judiciales tanto para la reclamación de impagos, como para la denuncia de contratos, o en insolvencias. En este último ámbito, señalo estar autorizado desde 2021 como administrador judicial por la Unión de Administradores Concursales de Rumanía-UNPIR.

¿A qué tipo de cliente está enfocado su bufete?

Mi vocación natural y ambición es el cliente español, empresa; es a quien mejor puedo servir y con quien más cómodo me siento. No obstante, como profesional ofrezco mis servicios a todos aquellos que me lo solicitan.

¿Alguna anécdota?

Hay una situación que me ocurrió hace algunos años que guardo con cierto cariño en mi memoria y es la siguiente. Estando dentro de la sala de un tribunal a la espera del juicio, no habiendo mediado palabra con nadie, el presidente de la sala me reprocho haber hablado y me ordenó esperar fuera hasta que llegara mi momento. Tragué mi orgullo y salí como me pedía. Más tarde, en una de las vistas que se sucedieron en esa misma causa, el juez ordenó a mi solicitud y contra todo pronóstico, la realización de un nuevo informe pericial por considerar las conclusiones presentadas excesivamente partidista. Aunque en justicia considero que hizo lo correcto, siempre he considerado que fue la forma en que me devolvió la moneda.

Le agradcemos su participación y le deseamos muchísima suerte para el futuro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial
Follow by Email
YouTube
YouTube
LinkedIn
LinkedIn
Share